L'aparició

Año 1986
Género Performance
Obra L’aparició (The appearance)
Presentación Festival GREC. Barcelona
 

 

Estoy conduciendo un coche por la calle Pelayo de Barcelona y veo a la izquierda las vallas publicitarias que ocupan lo que más adelante sería la fachada de unos grandes almacenes. En plena campaña electoral, existía una pancarta de Felipe González aspirante a presidente y en otros figuraban unos banales anuncios de consumo. Qué divertido sería, me dije, que en una de esas pancartas, en vez de la fotografía, se viera al propio personaje, en vivo, allí empotrado.

Lo voy a proponer a Marta Taché, en esos momentos directora del Festival Grec. Le pareció una excelente idea, tanto, que lo programó como espectáculo inaugural del Grec’86. Montamos la pancarta en el estudio de la montaña frente a un prado lleno de vacas pastando indiferentes su ración de hierba. Es verdad que a veces alguna me miraba de una forma extraña, pero vete a saber qué pensaba.

Llegó el día y, evidentemente como siempre, la idea había ido evolucionando, puesto que el motivo en sí era muy atractivo y se prestaba a ir imaginando. Por supuesto, en las pancartas se presentan los iconos del consumo, la política, etc. Pues me presentaré empotrado en la pancarta como el máximo, lo que todo lo sabe, el gran icono. A la izquierda de la pancarta pusimos un cartel que decía: «Soy la Solución».

En la parte derecha hicimos instalar una chaise-longue forrada de hierba sintética (a prueba de vacas para los ensayos) sobre un pequeño podio también forrado de papel que imitaba la piel de leopardo. Tumbado en la chaise-longue, «el Aparecido» estaba bien cómodo, con un cuenco lleno de frutas y una cajita de cartón en la cabecera, de la que sonriendo liberaba una paloma blanca

El público podía acceder hasta la pancarta, situada a unos seis metros de altura y contemplar de cerca al Aparecido, que los miraba sonriendo con cara de buena persona y comprensivo. Ah, eso sí, había un guardaespaldas por si alguien se hubiera atrevido a ofenderlo”. Antes de empezar, le había dicho: «Si ves que alguien molesta al Aparecido, tienes mi total autorización para reducirlo drásticamente echándolo al suelo y empujarlo escaleras abajo mientras yo, evidentemente, habré mantenido mi sonrisa de buenas».

Pero no sucedió nada de eso, a saber si fue por el impresionante aspecto de ese protector. Al pie de la pancarta del Aparecido se podían adquirir todo tipo de recuerdos relacionados con la adoración de su persona. Por supuesto también se ofrecían cabellos en una cajita de plástico, y se aseguraba que eran de él, pero la verdad, no recuerdo de dónde salieron. También se ofrecía agua de la Plana en una botellita, lugar donde se aseguraba que el Aparecido hacía sus retiros espirituales. Y aún se podía adquirir algún trocito de tela de alguna prenda de su vestuario, igualmente en una cajita sellada, además de otras bagatelas.

Es justo mencionar la inestimable aportación de Toni Coromina, con su humor y creatividad en todo lo que fue la imagen de L’Aparició y el diseño de los objetos de recuerdo. Nos lo pasamos muy bien, inventando todo esto. Tres días antes de la presentación, el fondo de la pancarta quedó cubierto por un tapiz de 20.000 claveles.

El Aparecido venía a representar a uno de esos salvavidas que nos ofrece la sociedad, el hecho de podernos proyectar en algo o en alguien fuera de nosotros mismos para intentar así escapar del anonimato, aunque lo que se proyecta en el icono sea una cara y un cuerpo que no son el nuestro.

Quien supo leer esta performance debería mirarse con una actitud escéptica y jodida las campañas de marketing de los políticos u otros seres superiores que nos ayudan a olvidarnos de nosotros mismos: los líderes, los iconos, etc.

Es bueno, frente a un ser humano, referirse primero a su persona y en segundo término a su función. Así le recordaremos que no se olvide de todo lo que tiene en común con nosotros; en el monólogo del Mercadero de Venecia, William Shakespeare nos dice: “¿Si me pinchan, no me duele igual que a ti?”…

FICHA ARTÍSTICA

Creación y dirección Albert Vidal
Director de producción Albert Vidal
Ayudante de dirección Cristina Vilaró
Ayudante de producción Angel Solà
Iconografia Toni Coromina
Animación Josep Albert Purgimon, Sonia Fontes, Lina Cunil
Iluminación Cesc Feixa
Fotografía Leopold Samsó
Colaboración gráfica Toni Coromina
Realización vestuario Anita Solà